Buscando un marco oficial. De Galeno a la revolución de la gestión del conocimiento

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Fernando Vivancos, Carles Rofesy Albert Pantaleoni. Aula Formación. Departamento de marketing. Ediciones Mayo.

Buscando un marco oficial. De Galeno a la revolución de la gestión del conocimiento

07/11/2005
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La Formación Médica Continuada ha sido desde siempre una necesidad básica del médico, inherente a la propia práctica de la medicina. Sin embargo, en las últimas décadas, ha pasado de ser un proceso privado y personal, donde el propio médico era el responsable de seleccionary decidir el curso o centro adecuados para satisfacer sus necesidades formativas, a un proceso formal y reglado, donde la carrera profesional impone unos requisitos previos establecidos.

Anteriormente, en la mayoría de las ocasiones, las necesidades formativas venían definidas por la institución donde se realizaba la actividad profesional,y bien se buscaba cubrir carencias detectadas en la práctica o aprender nuevas habilidades que la especialidad o el quehacer diario no cubría.

En este contexto, el médico, no valoraba el nivel académico ‘oficial’ que se lograba sino el resultado práctico de su aprendizaje, y por su parte, los docentes no tenían manera de saber cuáles eran las actividades formativasmás necesarias, con lo que la repetición de cursos, temarios y docentes era frecuente, siendo el número de asistentes uno de los pocos criterios de valoración.

Las entidades formadoras suplían la falta de información con imaginación, celebrando cursos con temarios que se establecían por la propia experiencia clínica del docente o por referencias internacionales obtenidas mediante revistas de renombre, congresos internacionales, ponencias de autores extranjeros o españoles afincados profesionalmente fuera de nuestras fronteras.

Esta situación ha evolucionado en los últimos años –cuando la mayoría de los facultativos trabajan para el estado- y en la actualidad la formación continuada no sólo se valora ya como una mejora personal para la propia práctica clínica, sino también como una mejora de las condiciones profesionales.

Nos situamos entonces en un nuevo escenario con dos actores principales -docentes con poca experiencia formativa pero con amplios conocimientos y médicos conscientes de los continuos avances de la medicina, necesitados de formación y ahora sí, exigiendo niveles académicos y reconocimiento formal de sus estudios-, y una serie de actores secundarios, empresas, patrocinadores, que permitirán el encuentro entre ambos actores logrando unificar sus objetivos.

La reunión de estos factores, más la ausencia de una planificación previa y la falta de recursos públicos para cubrir esta necesidad conlleva que la responsabilidad de la formación haya recaído en una gran diversidad de instituciones públicas y privadas, entre las que se incluyen empresas públicas (universidades, sociedades científicas) y privadas, éstas últimas principalmente del ámbito de la comunicación, que de alguna manera, pretenden aunar los intereses de docentes y alumnos mientras obtienen a su vez un beneficio (de prestigio o económico) para si mismos.

Ante la proliferación de estas empresas, surge la especialización y la calidad de la formación. La especialización desde entidades como universidades y escuelas, donde hacen de su expertise el sello de calidad, y desde empresas como editoriales y sociedades profesionales, entre otras de nueva creación, donde el sello de calidad se consigue bajo el auspicio de las mismas sociedades médicas.

La revolución: la acreditación como garantía de calidad
La complementariedad de los diferentes factores en la Formación Médica nos ha ido conduciendo a una profesionalización de la misma, con mejores cursos, con contenidos específicos para cada especialidad,nuevos recursos pedagógicos y actualizados a las necesidades reales de la población a la que van dirigidas.

Pero todo el esfuerzo realizado por los integrantes de este gran panorama necesitaba de una homogeneización. El aval de las diferentes sociedades médicas implicaba criterios de valoración dispares entre los diversos cursos, creándose la situación que las empresas externas que organizaban cursosequiparables en contenidos y en estructura en diferentes especialidades médicas obtenían un reconocimiento distinto según el criterio aplicado porcada sociedad.

La estandarización de estos cursos se convierte ya una necesidad imperiosa solicitada por alumnos, docentes y proveedores que requieren un marco oficial que les ofrezca un reconocimientoque sirva tanto para la carrera profesional comopara la valoración objetiva de la formación ofrecida.

Coincide con ese momento la creación y puesta en marcha de la Comisión de Formación Continuada del SNS, donde se puede acreditar bajo los mismos criterios toda la Formación Médica.

Hay que buscar empresas con larga tradición organizando y celebrando Formación Médica, que puedan ofertar una amplia cartera de productos adecuados a las necesidades reales de sus alumnos, donde el mismo sea capaz de seleccionar según sus necesidades curriculares, formativas u otras aquella oferta de formación más adecuada.

El traspaso de cursos avalados a cursos acreditados se está cumpliendo en un espacio donde el mismo alumno es el que selecciona el que más le interesa o conviene. Desde la editorial estamos siendo testigos de excepción del cambio que se esta produciendo, del relevo de valores: el auge y crecimiento del interés por el crédito y la conversión del aval de la sociedad en un valor complementario. Esta visión privilegiada, la estamos aprovechando para aportar nuestro granito de arena en la consecución de un éxito común para todos: cursos interesantes, homogéneos y que cubran el amplio espectro de necesidades del colectivo profesional implementados con los conceptos pedagógicos más actuales. Por ello creemos necesaria que todas las entidades que estamos implicadas en la formación Médica creamos en el valor del crédito como valor estándar de formación, que nos adecuemos a los tiempos tecnológicos que corren, con apuesta por la formación a distancia, mediante campus virtuales o cursos on-line, no olvidando la formación tradicional.

Nosotros hemos querido formar parte de la historia de la Formación Médica Continuada en España. Ahora solo esperamos que el resto de implicados se unan a esta interesante experiencia, y podamos entre todos, crear un modelo ejemplar de Formación Médica Continuada.

Formación continuada. No vale todo.
Las exigencias legales, la demanda de los alumnos y, obviamente, el concurso entre entidades proveedoras han significado, como hemos comentado, una mejora en el rigor científico de los programas. No obstante, y en especial, la formación a distancia, sufre históricamente de un alto índice de “abandono” causado en parte por el conflicto personal del alumno y a la metodología de los cursos.

Por todo ello,la metodología de los cursos de formación continuada ha evolucionado de cara a presentar un modelo más completo, atractivo y rico para el alumno. Es necesario desarrollar fórmulas educativas que fomenten, enriquezcan y faciliten la consecución de los objetivos académicos de los cursos.

En los cursos presenciales, al temario se le suman programas destinados a la participación activa de los tutores, el debate con el alumno, la elaboración de materiales de calidad, el ejercicio práctico y evaluaciones ingeniosas como complemento a las lecturas magistrales de los ponentes.

En los cursos a distancia, el papel de Internet ha supuesto lógicamente un revulsivo. A la enorme contribución que significó el nuevo espacio virtual, donde la barrera espacio/tiempo pierde su significado, se suman riquísimas posibilidades para mejorar la metodología de los cursos.

Como recursos didácticos se puede emplear el aprendizaje por la práctica (problem based learning) debates en tiempo real, formas de autoevaluación y evaluación completas y diversas, posibilidades de búsqueda avanzadas y (más allá del propio curso),materiales en diferentes formatos – texto, imagen, sonido – encuestas, prácticas, etc. Además, técnicamente, se ofrece a los alumnos una tutoría personalizada, herramientas de comunicación personal (e-mail) y comunitaria (foros, chats, mensajería interna) que permiten un seguimiento personalizado y una relación intensa y continua entre los participantes del curso.

Todas estas opciones tienen el interés de buscar laimplicación del alumno en los cursos. Como es sabido y aceptado, el punto determinante de cara a la consecución de los objetivos académicos es el interés y la implicación del alumno. Así pues, en paralelo a la búsqueda de programas científicos relevantes para el alumno, Ediciones Mayo ha fijado como uno de sus objetivos principales el diseño de los cursos buscando que con ello, los programas sean más ricos, interesantes y accesibles para el alumno.

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